A 2.000 metros sobre el nivel del mar existe un volcán que entró en erupción por última vez hace solo unos pocos años. Su imponente intensidad se experimenta mejor de primera mano; mirando directamente hacia arriba desde el centro de un cráter, que durante millones de años ha sido destruido desde adentro. Para nosotros, sin embargo, es un patio de recreo que se disfruta mejor sobre dos ruedas. Las dunas de ceniza se han convertido en una peregrinación anual para las ratas del Deus Temple y este año no fue diferente. Un equipo de californianos, Forrest Minchinton , Nick LaPaglia , Todd Cram y Micah Davis , cargaron las bicicletas e hicieron el viaje de un día a través de Bali, en el ferry y llegando al borde de Java Oriental por las sinuosas carreteras que serpenteaban hasta las nubes. Llegar a este paisaje mitad desierto, mitad exuberante selva verde, nunca deja de provocar una sonrisa torcida en todos y cada uno. No es de extrañar que los siguientes días pasaran volando, repletos de buenas y clásicas aventuras en las dunas, desde el amanecer hasta el anochecer, terminando nuestros días con maravillosas tardes de risas, salpicadas de platos sencillos de arroz local, abundantes cervezas frías e historias que se hacían más interesantes con cada relato. Días como estos se te quedan grabados en la memoria, como arena en los dientes. Fotos: Harry Mark 
