No importa el estilo de vida que lleves ahora mismo, ni lo feliz que estés con tu día a día... todos necesitamos relajarnos y desahogarnos de vez en cuando. Me dicen que algunos lo hacen relajándose con un libro, otros haciendo ejercicio hasta que les duelen los músculos, pero aquí en Bali tenemos nuestra propia forma de aliviar el estrés al final de un largo día. Implica... motos, una playa vacía y un grupo de tipos que saben que lo que hacen es imprudente, pero que no les importa. Con toda la organización y el ajetreo de los preparativos para el mercadillo de mañana, domingo 14 de noviembre, pensamos que sería justo divertirnos un poco y liberar algo de estrés antes del gran día. Así que ideamos un plan, cargamos gasolina en las motos y nos dirigimos a la costa... nada difícil cuando se puede ver el océano desde la oficina. Tras sortear una valla, esquivar ganado y llegar a nuestro parque de arena, procedimos a participar en juegos infantiles y concursos improvisados de "quién se desvía". Es increíble lo divertido que puede ser con motos y una playa vacía. Después de una hora, con una máquina dañada, nuestro circuito de arena destrozado y el sol poniéndose tras nuestras colas de gallo, nos dimos un chapuzón rápido en el mar antes de regresar al Templo lo más relajados posible.









