El artista Antonio Muñoz llegó a Bali en agosto. Trajo consigo pocas cosas: sus pinceles, su encantadora esposa, los niños, cuadernos de dibujo, unos pantalones cortos, un par de discos duros externos, un viejo proyector, una cámara digital y un cepillo de dientes eléctrico. Antonio se inspira en esta isla, tanto en su gente como en sus demonios. Cada dos días encuentra tiempo para surfear y olvidarse de todo en tierra firme, contemplando en silencio las olas. El Wayang Kulit (títeres de sombras balineses clásicos) es su lección predilecta, fascinado por su simple complejidad e historia. Originario de Madrid, España, Antonio dice que apenas recuerda nada del pasado... algo sobre Mirada de Vaca... aunque no está seguro. Damas y caballeros, les presento la obra de Antonio Muñoz.











