Hay momentos en la vida en que te encuentras con algo tan remoto que exige más atención que una mirada fugaz. Así es la historia de Ron y su motocicleta FN de 1910. Amigos en común de Deus nos contaron historias de un taller en el interior, con vistas a un río, que contenía algo que podría interesarnos. Así que, con la respiración contenida, nos llevaron por caminos destartalados y atajos, cruzamos puentes y pasamos junto a templos... Tras salir finalmente de nuestro sendero más selvático, nos acercamos a unas puertas de madera, que se abrieron lentamente a medida que avanzábamos. Bajamos del coche, sin saber qué pensar, cuando Ron apareció por la izquierda y nos saludó de inmediato con un firme apretón de manos y una sonrisa de oreja a oreja.
(más después del salto)
Nos condujo a través de su garaje hasta el taller del que tanto habíamos oído hablar... y sin pestañear, vi lo que habíamos buscado. En toda mi vida de apasionado por las motos, nunca había visto algo así en persona (ni de latón, en este caso). Era una motocicleta vintage FN impecable. Ron explicó cómo adquirió la parte inferior del chasis junto con una rueda hace casi 40 años... y desde entonces ha estado reconstruyendo todo lo demás a escala. Durante más de cuatro décadas, ha fabricado a mano, pedido a medida y forjado a medida todas las piezas necesarias para transformar un subchasis oxidado en una motocicleta FN de 1910 en perfecto estado de funcionamiento. Recorrimos lentamente su taller durante toda la tarde, haciendo preguntas inquisitivas y recibiendo respuestas bien informadas. Pero nos sorprendió a todos cuando Ron dijo que haría un viaje de larga distancia en la FN a finales de este año. Del Tíbet a Bélgica (el país de origen de la FN)... 7000 km es un viaje largo, pero Ron no es ajeno a las aventuras en moto. Habiendo conducido previamente una Honda Gold-Wing con remolque con su esposa desde Australia hasta Siberia, además de otras excursiones por el mundo... sin duda sabe lo que hace. Después de un día de admiración, curiosidad y educación, nos despedimos del explorador… ¡deseándole mucha suerte y expresando nuestra envidia por su futura aventura! ¡Buena suerte, Ron! ¡Espero que tú y la bicicleta lleguen a Bélgica sanos y salvos!













