Imagina una vista desde una colina: una hermosa mujer está tumbada sobre las baldosas, otra está medio dentro de la piscina, medio fuera, apoyada en el borde. Mira más lejos, hacia una bahía vacía en forma de herradura; olas perfectas de dos metros rompen en cada punta, elige entre la izquierda o la derecha; de momento, ninguna está surfeando. A tus pies hay un bol de fruta tropical perfectamente madura. Toda la composición reclama tu atención. Tienes muchísimas opciones. La imagen es una pintura. La idea de un hombre de cómo podría ser la «Utopía».
Ese hombre es Lee Wilson y la imagen descrita arriba es sólo una de más de una docena en las que exorciza lo que tiene en la mente a través de la pintura sobre lienzo.
Lee creció en Bali y Australia, y durante sus años de formación, ascendió a una posición destacada en la comunidad del surf. El surf es una amante voluble, y no alguien en quien se pueda confiar plenamente, ni para obtener financiación ni apoyo continuo. Por ello, Lee recurrió a lo único que siempre lo había acompañado: el arte.
Hoy, el pincel y el lápiz, junto con su familia, son el carcaj alrededor del cual construye su vida. Sigue surfeando mucho, aunque el arte siempre ha estado ahí para él; desde niño ha sido su compañero constante, una forma de expresarse, de tener la conversación que desea cuando no hay nadie con quien conversar, o simplemente la válvula de escape urgente cuando siente la necesidad de desahogarse.
Con lazos de amistad que se extienden profundamente entre la gente local, no sorprende que muchos de ellos vinieran a la Galería Deus para la noche de apertura. Vinieron a saludar, vinieron a apoyar a su amigo y, lo más importante, vinieron a echar un vistazo a su más reciente colección de obras, que ha tenido en secreto durante meses. Era un quién es quién en el Gu, y un maldito número de personas de más lejos que se presentaron para disfrutar de un flujo libre de cerveza de jengibre Henris, cerveza Pilsner de Island Brewing y vinos Two Islands , charlar con todos sus colegas mientras sumergían sus ojos en las atractivas vistas de Lee. Tuvimos una de esas exposiciones de arte que fluían de la galería al patio trasero sobre mesas esparcidas mientras la gente toleraba la alta humedad con conversaciones inundadas de risas.
Cuando se le preguntó qué significaba para él la utopía, Lee Wilson dijo lo siguiente…
Mi mente ha estado absorta en una plétora de sueños, tanto nocturnos como diurnos. Durante mis horas de vigilia, me entrego a caprichosas meditaciones, donde presencio y experimento la belleza de la naturaleza desplegarse ante mí. Perdida en el momento, contemplo el arte tras la escena y me pregunto: "¿Cómo plasmaría esto en un lienzo?". Mi fascinación por la naturaleza se ha intensificado al observar la intrincada interacción entre los humanos y el medio ambiente. Mis pensamientos se absorben en los matices y sombras que adornan mi entorno y en mi pasión por organizarlos en una composición armoniosa. Me esfuerzo por desentrañar el código que desvela la clave de mi ensoñación, por inmortalizar la esencia de mis sueños en el lienzo y compartirla con el mundo.
Para mí, la utopía no reside en expectativas irrealistas de la realidad. Más bien, se manifiesta como un ideal, un momento de respiro del mundo mundano en el que vivimos. Visualizo las olas perfectas, rompiendo continuamente en una danza rítmica bajo un cielo azul perfecto. Estar en el lugar correcto, en el momento correcto, haciendo precisamente lo que deseamos, es la personificación de la utopía. Ya sea vivida o imaginada, la utopía nos recuerda el esplendor que la vida puede ofrecer, un breve respiro de la realidad que rejuvenece el alma.
La Utopía de Lee Wilson adornará las paredes de la Galería Deus en Canggu hasta el 23 de abril. Si estás en la ciudad, es una visita obligada.
Un enorme agradecimiento a Island Brewing Beer , Henri's Ginger Beer y Two Island Wines por apoyar el evento de apertura.
¡Aquí hay un enlace al Instagram de Lee Wilson !
