A principios de año, Kawasaki contactó conmigo en Deus para hablar sobre un proyecto secreto: personalizar la primera Z900RS 2018 del país, lo que la convierte en la primera colaboración oficial entre nuestras dos marcas.
Por supuesto, Kawasaki nos dio las reglas, ¡pero el escenario era nuestro! La idea era llevar las motos por un camino completamente diferente, pero también conservar algunos de los nuevos trucos de la nueva estrella de Kawasaki.
Recogimos nuestra moto donante en la sede de Kawasaki en Sídney. Este iba a ser nuestro primer encuentro con el nuevo miembro de la familia Kwaka. En cuanto saqué la caja, allí estaba y mi mente empezó a dar mil vueltas. Era impresionante, como mínimo: la forma, los detalles y las líneas... ¡era extremadamente Kawasaki!
En este proyecto me acompañó Saxon Shing, la mano derecha de Carby.T. Una vez que el Z llegó a nuestro taller de Camperdown, juntos empezamos a planificar qué podíamos hacer y cómo.
Tras unas semanas de renderizado digital e investigación, la suma de nuestro entusiasmo dio como resultado el concepto de Tracker. Algo completamente despojado y crudo. ¡Era hora de ponerse manos a la obra!
Con el dibujo conceptual colgado en la pared del taller, no perdí tiempo y comencé a ordenar todos los ingredientes necesarios para armar esta bicicleta.
A continuación, quitar todo lo que no debía estar. ¡Adiós a las piezas de plástico! Empecé a instalar lo básico: manillar, cableado y latiguillos de freno. Modifiqué los soportes y envié las ruedas a pulir, todo en un día.
El primer día había concluido oficialmente y había mucho más por venir.
Palabras de Jeremy Tagand. 
