Definitivamente ha pasado demasiado tiempo entre las veladas de Emporium, por lo que fue con un entusiasmo desenfrenado, sin mencionar un montón de sonrisas espantosas, que corrimos a preparar todo para dar la bienvenida nuevamente a la sexta edición de nuestro Parking Lot d'Elegance.
Organizado por The Motoring Club, quienes le dieron un toque moderno a este último evento, That '70s Show. Una década de decadencia que dio origen a máquinas increíbles, un desfile trepidante de automóviles y motos de los setenta.
Las cosas se movieron un poco lento, para empezar, el clima sombrío y siniestro podría haber sido un presagio, pero cuando el primer automóvil llegó al estacionamiento, un Lamborghini Espada de 1974, supimos que no debíamos habernos preocupado.
Familias y otros entusiastas llenaban el aparcamiento. La gente charlaba y tomaba café mientras niños y perros correteaban por la pista de obstáculos. Un magnífico Citroën DS de 1974 estaba abarrotado de espectadores, y así debía ser, de ensueño.
La mañana dio paso a la tarde y los conductores compartieron sonrisas e historias. Un delicioso Nissan Skyline GT-R de 1971 nos honró con su presencia, dejando claro que esta fiesta había sido una excelente idea. Todos acudieron en busca de lo que necesitaban: un buen problema mecánico, lo que puso un broche de oro a otro día exitoso en el Emporio.
¡Nos vemos en la próxima!
Organizado por The Motoring Club, quienes le dieron un toque moderno a este último evento, That '70s Show. Una década de decadencia que dio origen a máquinas increíbles, un desfile trepidante de automóviles y motos de los setenta.
Las cosas se movieron un poco lento, para empezar, el clima sombrío y siniestro podría haber sido un presagio, pero cuando el primer automóvil llegó al estacionamiento, un Lamborghini Espada de 1974, supimos que no debíamos habernos preocupado.
Familias y otros entusiastas llenaban el aparcamiento. La gente charlaba y tomaba café mientras niños y perros correteaban por la pista de obstáculos. Un magnífico Citroën DS de 1974 estaba abarrotado de espectadores, y así debía ser, de ensueño.
La mañana dio paso a la tarde y los conductores compartieron sonrisas e historias. Un delicioso Nissan Skyline GT-R de 1971 nos honró con su presencia, dejando claro que esta fiesta había sido una excelente idea. Todos acudieron en busca de lo que necesitaban: un buen problema mecánico, lo que puso un broche de oro a otro día exitoso en el Emporio.
¡Nos vemos en la próxima!